domingo, 22 de diciembre de 2013

De la A a la Z. I

Antes de irnos de vacaciones, llega el turno de la letra I.

Almudena Aneiros nos trae la letra I, rebosante de imaginación y utopía. Felices propósitos que se hacen extensibles desde la biblioteca Los Molinos a todos y todas. Seguro que os gusta su lectura


I


Imaginar es una bonita forma de abstraernos de la realidad, para descansar de malas noticias, arreglar con simpleza los problemas que más nos angustian y cumplir nuestros sueños aunque solo sea un rato. Una bonita forma de ver lo que queremos lograr en la vida y sobretodo una hermosa forma de conocernos a nosotros mismo porque ¿qué somos sino a lo que aspiramos?
Imaginando he conocido a mi futura pareja, mis futuros hijos y mi futuro trabajo, he descubierto los lugares más bonitos del mundo y he decidido dónde quiero viajar. Pero también he visto lo que quiero ser, y lo que quiero ser no es otra cosa que una mujer luchadora, capaz de hacer grandes cosas para ayudar al mundo gracias a mi imaginación.
Esa imaginación que me permite conocerme es la misma que me muestra un lugar ejemplar dejando en evidencia los defectos de este mundo que debemos arreglar.
Al pensar en un lugar perfecto todos imaginamos un mundo con aire limpio, flores y muchos animalillos libres por el campo. Quizá soy  rara pero yo imagino un lugar donde todos tenemos la suficiente moral para auto controlarnos sin necesidad de leyes que nos cohíban, un lugar donde el dinero sea simplemente dinero y no se sobreponga a la dignidad humana, donde el poder no corrompe porque no hay poder, donde la vida de una persona es más que un mero número, donde no hay distinciones sociales, un mundo sin fronteras...una utopía.
Y es por esa utopía que me muestra mi imaginación por la que pienso luchar. Posiblemente no tenga el placer de verla hacerse realidad  porque la utopía a cada paso que damos se aleja, pero sirve para avanzar.



domingo, 15 de diciembre de 2013

De la A a la Z. G de Galatea

Y llegamos a la letra G. Celia Vázquez nos cuenta la historia de Galatea, o sea, una historia con la letra G. Rebosa mitología, vereis



G de Galatea.

En la mitología griega hay varias leyendas asociadas a diferentes Galateas.

Aquí os dejo un par de mitos relacionados con ella.
El primero, es el mito de ''Polifemo y Galatea''.

Galatea era hija de una divinidad marina siciliana y de Nereo (quien a su vez era hijo de Ponto y Gea). La joven era muy hermosa y habitaba en el mar que bordea la isla de Sicilia. Polifemo, el cíclope (hijo de Poseidón y de la ninfa Toosa) monstruo con un solo ojo, era temido por los hombres y despectivo con
los dioses. Polifemo estaba muy enamorado de Galatea, pero ella no lecorrespondía.

El corazón de Galatea pertenecía al bello Acis, hijo de una ninfa y del dios Pan (dios de los pastores y rebaños). Un día los amantes se encontraban descansando a la orilla del mar, cuando ella reposaba su cabeza sobre el pecho de su enamorado. Desde lejos, Polifemo los descubrió. Acis intentó huir, pero
Polifemo, enfurecido, arrancó un enorme peñasco de la montaña y lo lanzó contra Acis, que quedó inmediatamente sepultado bajo su peso. Acis se desangraba y nada ni nadie podría devolverle la vida.

Galtea, desolada, mezcla sus lágrimas con la sangre de su amado pastor, y hace que fluyan juntas para siempre, convertidas en el río Acis, que recorre la isla de Sicilia. Luego se esconde en el fondo de los mares donde moran las nereidas.

También el rudo Polifemo se siente desolado. Por eso decide recluirse de por vida en su caverna de la montaña. Sólo saldrá para llevar a pastar a sus ganados. Pero cada atardecer, el gigantesco cíclope rehúsa las fiestas y tertulias de los otros pastores y regresa taciturno a su oscura morada para rumiar allí su dolor y soledad.

Según algunas versiones, después Galatea estuvo con Polifemo y de esta unión nacieron Gálata, Celto e Ilirio, que darán nombre a los pueblos de los gálatas, los celtas, y los ilirios respectivamente.

En otras tradiciones, Galatea pertenecía en cuerpo, alma y corazón al imponente Polifemo, pero Acis se enamoró de ella. Cuando el cíclope descubrió tal cosa, celoso y encolerizado intentó matarlo lanzándole unas rocas, pero antes de que lo pudiera alcanzar, Acis se transformó en río y así evitó la tragedia.

El segundo es el mito de ''Galatea y Pigmalión.''

Durante mucho tiempo Pigmalión, Rey de Chipre, había buscado una esposa cuya belleza correspondiera con su idea de la mujer perfecta. Al fin decidió que no se casaría y dedicaría todo su tiempo y el amor que sentía dentro de sí a la creación de las más hermosas estatuas.

El rey vivió en soledad durante mucho tiempo. Cansado de la situación en la que estaba, empezó a esculpir una estatua de mujer con rasgos perfectos y hermosos. Así, realizó la estatua de una joven, a la que llamó Galatea, tan perfecta y tan hermosa que se enamoró perdidamente de la figura que él mismo había modelado. El rey se sentía atraído por su propia obra, y no podía dejar de pensar en su amada de marfil.

En una de las grandes celebraciones en honor a la diosa Afrodita que se celebraba en la isla, Pigmalión suplicó a la diosa que diera vida a su amada estatua. La diosa, que estaba dispuesta a atenderlo, se encargó de insuflar vida en aquel cuerpo marfileño, que ya no sería tal, sino uno de carne y hueso que pudiera convivir con Pigmalión. Afrodita elevó la llama del altar del escultor tres veces más alto que la de otros altares como señal de que le había concedido el deseo. Pigmalión no lo entendió y se fue a su casa muy
decepcionado.

Al volver a casa, contempló la estatua durante horas. Pasado ese tiempo, el artista se levantó, y besó a la estatua. En ese momento, Pigmalión ya no sintió los helados labios de marfil, sino que sintió una suave y cálida piel en sus labios. Volvió a besarla, y la estatua cobró vida, enamorándose perdidamente de su creador. Afrodita terminó de complacer al rey concediéndole a su amada el don de la fertilidad. De esa forma Galatea se transformó en una mujer real.

Pigmalión se casó con Galatea y juntos engendraron a una hija, Pafo, que mástarde sería a su vez la madre de Cíniras.

domingo, 8 de diciembre de 2013

De la A a la Z. F de Foca

Seguimos con nuestra sección de la A a la Z. Una alumna presenta una historia con la letra F. F de foca y nos habla de una manera muy certera sobre no precisamente este bello animal. 

Os invitamos a reflexionar al respecto


F de foca.
Empecemos con el significado de la palabra foca, para quien no sea familiar con este término.


La primera aceptación es la que todos nos esperábamos pero, ¿y la segunda? ¿Qué ha hecho la pobre foca para ser comparada con una persona, en este caso obesa? Y por lo contrario, ¿qué ha hecho la persona obesa, para ser comparada con un animal?
Cuando dos adolescentes se pelean, lo más común es escuchar a uno meterse con la apariencia física del otro antes de con su forma de actuar o lo que originó la pelea en primer lugar. ¿Por qué? En mi opinión, los adolescentes de hoy en día están tan centrados en la apariencia que dan, en cómo piensan los demás, en cómo actuar delante de determinadas personas que dejan de lado lo que realmente importa: tu forma de ser, de actuar y tu forma de pensar.
Pero claro, después de ver portadas de revistas, películas o pasarelas de moda y compararte con ese ideal de belleza que nosotros mismos hemos establecido, es normal sentirte un poco decepcionado. Decepcionado porque no eres suficiente para la sociedad y decepcionado porque no eres suficiente ni para ti mismo.
Todo esto se amplía cuando a demás de ver tus defectos por ti mismo, otras personas te los echan a la cara. Te derrumbas. Te derrumbas al pensar que nunca encontrarás a nadie que te quiera por como eres. Te derrumbas a ver a gente con diez kilos menos que tu feliz y sin problemas. Y, ¿qué viene después? La obsesión. La obsesión de mejorar, de adelgazar para que no te des asco a ti mismo, de complacer a los demás en cierta parte, de que nadie te pueda volver a atacar por tus cualidades físicas.
Siempre piensas en hacer más ejercicio, comer más sano, pero normalmente nunca lo llevas a cabo.
Entonces recurres a lo más fácil: dejas de comer, o comes normalmente para luego vomitar.


  

 ‘’ ¿Cómo luces en tu traje de baño?’’
‘’Miles han ganado de 10 a 25 kilos con esta fácil y nueva forma.
Nueva levadura añade kilos, le da a miles curvas naturales y atractivas. ’’




¿Cómo han podido cambiar tanto las cosas? ¿Cómo somos los adolescentes capaces de malgastar nuestros mejores años preocupándonos por algo que dentro de treinta ya ni importará? ¿Cómo somos capaces de hacernos daño de esa forma?

lunes, 2 de diciembre de 2013

III Recital del Rincón De Las Musas

Fieles a la tradición, Rosalía y Rocío volvieron a deleitarnos con toda su inspiración, realizando un nuevo recital narrativo y musical , esta vez para alumnos de 1º y 2º de la ESO. Tan sólo queda decir que ya queda menos para un nuevo concierto, toda vez que es un auténtico placer el contar con el talento de estas dos ex - alumnas. 

Os dejamos un vídeo que ilustra brevemente su paso por el Instituto. Muchas gracias


viernes, 29 de noviembre de 2013

De la A a la Z. El Origen De La D

De nuestra sección, de la A a la Z, llega el turno a la letra D, que, el alumno Daniel García Cortado ha presentado de la siguiente manera

      El origen de la letra D

La D se encuentra en nuestro alfabeto de casualidad, porque en el sistema de escritura que adoptaron los romanos, que era el de los etruscos, esa letra no la conocían. Pero, se cree que un escriba etrusco la tomó de la cultura griega.
Con respeto a la forma, la letra D era más o menos triangular y representaba una tienda o carpa. Esta letra, que es la delta de la cultura griega y que nació del hebreo daleth que significa “puerta”, se ha conservado prácticamente sin ningún cambio desde hace 3000 años. Fueron los romanos quienes le dieron la forma actual a la letra D.   


  



domingo, 24 de noviembre de 2013

Pillada por Ti. Violencia de Género






El 25 N se reivindica el día contra la Violencia de Género, presente , por desgracia en nuestra sociedad y a todos los niveles sociales y de edad. El Ministerio de Igualdad editó este comic que tiende a presentar este problema de manera atractiva para poder abordar en clase una reflexión conjunta. Ideal para dedicar una hora en clase y abordar este otro currículum







pilladaporti by Oscar Leon Martin

lunes, 18 de noviembre de 2013

Alumnos De La A a La Z. H de "..."

Patricia Benzal Rodríguez aborda la letra H con esta Historia sobre esta letra tan curiosa. Seguro que os hace pensar




Silencio. Silencio es lo que “oímos’’ al ver una H solitaria. Silencio es la respuesta de los niños pequeños (y no tan pequeños) al preguntarles “¿para qué sirve la h?”. A ellos  les podemos contestar:

Hace muchos, muchos años, cuando ni los ordenadores, ni las carreteras, ni las teles habían nacido, la H tampoco lo había hecho.
Durante todo este tiempo, era la F la que ocupaba su actual puesto, por lo que palabras como hablar, harto y hermoso se escribían fablar, farto y fermoso.
La F murió, sin antes haber tenido una hija, la H. Ésta no quiso estar sola porque era muy tímida, por lo que la C se prestó voluntaria para ser su fiel compañera en el abecedario. Así surgió la “ch’’, que pronunciábamos “che’’ y que aparecía después de la “c’’.
Pasado un tiempo, la C decidió que era el momento de separarse y emprender una vida sola, ya que habían pasado demasiados años y su amiga la H ya estaba crecidita. Pero aunque era mayor, seguía siendo tímida y cuando se quedó sola no volvió a hablar nunca más. Por eso, se refugia entre otras letras (almohada) y a veces se arma de valor y aparece en el comienzo (hielo) pero nunca consigue articular palabra.
Aun así, podemos escucharla cuando va acompañada por la C en algunas palabras como coche o churros, o en otros idiomas como el inglés en los que se pronuncia como una J suave.

Todavía algunos no entienden la historia de la H, y se niegan a utilizarla en palabras como haber, hacer, huevo, hablar… Sobretodo si escriben mensajes de texto o chatean con sus amigos, hasta el punto de olvidarse de su existencia por completo y provocar dolor en nuestros ojos.

Pero aunque nuestra tímida H siempre esté en silencio, no debemos olvidar que está presente en historia, hidrógeno, hora, honor, hospital, hipérbole, hemoglobina, hipotenusa, hipótesis, y otras muchas palabras.
Hay cosas importantes que no escuchamos, pero no por ello dejan de ser importantes por lo que no todo lo importante se reduce solo lo que podemos escuchar.


martes, 12 de noviembre de 2013

Alumnos De la A a la Z. La letra A.

Se retoma nuestra afamada sección de la A a la Z, que el año pasado iniciamos, dejando paso, este año, a nuestros alumnos. El primero de ellos es Soufiane Moussaif, y nos presenta dos escritos relacionados con la letra A; el primero nos cuenta su historia y el segundo habla de la Amistad

Esperamos que os guste

La letra “A”
Historia de la “A”



La A es la primera letra del alfabeto latino básico y de los alfabetos derivados del mismo, como el alfabeto español, así como de los alfabetos germanos. Proviene de la letra alfa de los alfabetos griegos occidentales.
Si le damos un giro de 180 grados a la A y con un poco de imaginación
Al triàngulo que queda abajo le colocamos ojos y nariz obtendremos a un toro con todo y sus cuernos. Y en realidad eso es lo que significa, su origen  está en el protosináitico ALEF que significa toro. La “A”o ALEFES es ALFA en griego.
En egipcio era APIS y era un animal sagrado, igual como lo es todavía la vaca en la india.




La (A)mistad
La amistad es un tipo de unión afectiva que se basa en la comunicación, el apoyo mutuo, la comprensión, el cariño y la absoluta armonía entre dos personas.

La amistad anima el alma y estimula el corazón. Se conocen sus efectos beneficiosos para la salud: activa nuevas áreas del cerebro y libera sustancias hormonales que favorecen la relajación y el bienestar. Además, es como un espejo que refleja nuestra imagen ampliada. Nos hace crecer y madurar, ayudando a forjar nuestra personalidad y nuestras relaciones .El significado de la amistad y el tener amigos es algo que se instaura en la infancia y estas primeras adquisiciones influyen en su desarrollo posterior. Al principio el niño se relaciona básicamente con su familia más íntima (padres, hermanos…), pero poco a poco, sobretodo gracias a la escuela, el niño inicia su socialización entablando lazos afectivos fuera del hogar. 

lunes, 28 de octubre de 2013

Y El Personaje Literario Favorito Es...



A lo largo de esta semana pasada, el I.E.S. Los Molinos ha realizado, conmemorando el día de las Bibliotecas Escolares, el día 24 de octubre, una curiosa votación, para conocer el personaje favorito de origen literario de la comunidad educativa. Aquí os presentamos algunas instantáneas, donde se observa como los alumn@s aprovechan los recreos, para pasarse por la Biblioteca y participar en la votación.



Tras ser identificados " en la lista electoral ", los alumn@s  guardaban cola para ejercer su derecho al voto, así hasta pasar en estos días un total de 243 alumn@s y profesores que se han animado a depositar su voto.



El número de personajes literarios que han sido votados ha sido muy variado y alto, hasta alcanzar el de 65, algunos muy actuales y otros más clásicos, y tras el recuento de votos, los resultados no han podido ser más caprichosos, toda vez que han sido 3 personajes los que han salido como el Personaje Literario Favorito de nuestros jóvenes y no tan jóvenes lectores, ya que se ha registrado  un triple empate con 11 votos cada uno
Alguna profesora no ocultaba sus preferencias
 
Y los ganadores son: 

 Manolito Gafotas, el entrañable personaje nacido de Elvira Lindo y que destila humor y sentido común, propio de la edad.















                                                                                                          Harry Potter, el famoso mago que J. K Rowling creo en su saga, y que ha sido llevaba al cine, a la espera de su resolución final 




     



Diario de Greg, de Jeff Kinney, y que retrata de forma cómica la vida de un estudiante de secundaria al que le encanta dormir.













Y entre los votos, algunos presentaban  curiosos candidatos, quien sabe si personajes literarios, o autores, que cuando menos arrancaron una sonrisa a la hora de realizar el escutrinio. He aquí un ejemplo


Adivina adivinanza...quien es el personaje que en la nota se aguarda

viernes, 11 de octubre de 2013

Personaje Literario Favorito

Muchos de los personajes que vemos en la televisión , o en el cine, tienen su origen en un libro. Por ello, desde la Biblioteca Los Molinos hemos organizado un concurso para que la Comunidad Educativa escoge cual es el suyo.

En esta presentación , os lo contamos. Esperamos que participeis


jueves, 3 de octubre de 2013

Litteratum


En nuestra sección, Otros Rincones, justo a la derecha de la pantalla, hemos incorporado una estupenda página web denominada Litteratum , un espacio abierto a la lectura y a los lectores, como bien dice en su portada, y con un suculento menú , donde las Reseñas, Novedades, Los Mejores Libros,Concursos Literarios, Promociones de las Obras Propias, y Videos y Animaciones, permiten pasar un buen rato navegando por el mundo de las letras. Seguro que si pasas, encontrarás algo que te interese, ¿ verdad ?

Un ejemplo, una obra literaria adaptada al cine...y nos muestran el trailer de la misma, o cómo es el caso, nos pone el final, y así te invita a ver la película y entender porqué termina así


jueves, 19 de septiembre de 2013

De la A a la Z. Jibia ( I remember you )



Pendiente quedaba un escrito el curso anterior de la afamada serie de la A a la Z. Ha tardado en llegar pero Lucía , al fin, lo ha enviado. Y hay una versión extensa en la sala de profesores.

Iniciamos por tanto, el año académico 2013-14


Jibia
(I remember you)

Was it in Tahiti?
 Were we on the Nile?

Hacía tiempo que no iba por allí.
La Ola, el restaurante de la Isleta del Moro, está junto al agua, casi encima de ella. Sobre la plataforma de madera hay mesas de piedra clara que contrastan con el azul marino de la barandilla, deslustrada por la humedad. Si no hace mucho viento, los clientes piden una mesa fuera para contemplar el mar.
 Antes de comer, dieron un paseo. A pesar de estar a finales de abril, algunos valientes se atrevían a meterse en el agua.
Ellos nunca se bañaban allí.  Preferían caminar hasta las pequeñas calas nudistas cercanas a San José –quince minutos atravesando matorrales que le arañaban las piernas-, apenas recortes de arena fina, flanqueadas por rocas que las ocultan de miradas curiosas.
 Recordaba a un hombre y a una mujer desnudos contra el fondo de montes donde pastaban algunas ovejas entre el lentisco. A lo lejos avanzaban, como équidos somnolientos, unos paseantes. La roca volcánica hacia reverberar el brillo del agua llenándolo todo de un blanco rutilante. El agua estaba helada, y la piedra caliente.  Descuidadamente, los hombres se quitaban el bañador; las mujeres, la parte de arriba del biquini. La recordaba a ella charlando en voz baja con uno de sus amigos, con aquella voz de pajarillo que revoloteaba en sus oídos mientras estaba tumbado sobre la toalla. No sentía celos del otro hombre, no cuando el sol le bañaba el cuerpo y habían estado toda la noche juntos. Permanecía de pie, posando con aquella serena gracia que le daban sus cuarenta y algún años, repartidos por todos los pliegues de su piel. Se miraban durante la conversación, reconociendo en el otro al poseído y al poseedor. Ella sonreía.

Long, long ago,
say an hour or so.
I recall that I saw you smile.

            Antes de comer, pidieron un aperitivo.
- ¿Os apetece jibia en salsa? -dijo ella.
- ¿Jibia? -preguntó él-. Ah, sí, sepia.
- Parece mentira que no te acuerdes -rio ella-. ¡Con la de veces que la hemos tomado!
            Jibia… La misma sepia en salsa verde que comía durante el verano en Alicante. Sin embargo, dicha por ella, la palabra adquiría esa fresca sonoridad que tanto le había encantado cuando la conoció. Sin darse cuenta, la pronunciaba como un silbido: aspirando la j, afinando la voz en las íes, uniendo los labios en la b y dejando la boca entreabierta en la a. Aquello le trajo a la memoria su historia de amor entera, los sueños olvidados que había concebido sobre ella. Un resplandor llegó desde el fondo de su mente, articulado en aquellas dos sílabas, urdiendo todo lo que habían compartido.
            Se quedó anonadado, con una expresión vacía en los ojos. Avistó, lejana, una línea de oblicuo recuerdo que se aproximaba.  Un peso en la parte de atrás de la cabeza le abrumó. Tiraba de él, intentando hundirle. No era dolor, sino un pensamiento informe e insoportable, una herida antigua asimilada a un sufrimiento de cuando era niño, a su primera angustia. Algo se retorcía en lo profundo.
- ¿Te pasa algo?,-le preguntó Juan Antonio, el soltero impenitente del grupo.
- No, no. Estaba distraído.
            Bebió un poco de vino blanco y se calmó.
Continuó contemplándola en silencio. No le importaba que los demás se dieran cuenta. Todo el mundo sabía lo que había habido entre ellos: una aventura más de las que tuvieron lugar aquel año. Había envejecido poco: algunas arrugas más en las comisuras de los labios. Casi pelirroja y un poco pecosa, escondía los ojos tras un flequillo que le daba aspecto de niña traviesa. Era morbosa en su curiosidad, le encantaba observar los errores y secretos de los demás. Cuando se ponía seria, se colocaba el pelo detrás de la oreja. Entonces aparecía la mujer milenaria: la madre, la hermana, la esposa; entregada y dadora. Los años de la rocas del cabo -desgastadas por el mar y la erosión, pero  inamovibles- residían en ella.
            ¿Un amor de meses? ¿De un par de estaciones? No había necesitado mucho tiempo para seducirla: toda su resistencia fue simulada. Se habían atraído enseguida y ya eran mayores, mayores como para enamorarse y disfrutar el uno del otro sin muchas ataduras, sin muchas pretensiones.
            Una tarde en pleno invierno, apoyados sobre un desabrido café, decidieron hacerse amantes. El no preguntó y se abrazaron sin prisa, deteniéndose en la resistencia del otro.  
Por la mañana, el café estaba mucho más fuerte.


I remember you.
You're the one who made
my dreams come true.                      
A few kisses ago             

Después de comer solían ir a Los Italianos a tomar café. La pintura blanca y azul del establecimiento estaba envejecida por el ambiente húmedo y salino. El viento constante enfriaba el ambiente con rapidez.  Bromeaban y reían calmadamente, como hacen los que ya han consumido la mayor parte del día. Él contemplaba un parque infantil construido con materiales reciclados y pintado de colores vivos. Algunos niños bajaban por el tobogán mientras los columpios se mecían, vacíos. En aquella época del año, las casas que estaban en alquiler permanecían con las persianas bajadas, aún sin ocupar. En verano estarían todas llenas.
- ¿Te ha entrado frío? ¿No has traído chaqueta? -preguntó ella.
- Estoy bien, -contestó él-. Es la humedad del mar.
Más allá de San José, ni siquiera los móviles funcionan. No hay antenas en el Parque Natural. El exterior permanece tras una frontera nebulosa y queda suspenso en el tiempo hasta la vuelta.

I remember you.
You´re the one who said
I love you too.
Didn´t you know?

            Una tarde de marzo se citaron con los amigos para ir al cine. El gusto de ella no estaba mal, con un poco de educación quizás llegar a apreciar algunas películas interesantes.  Mientras esperaban para la sesión nocturna, salieron a dar un paseo por el puerto de Almerimar. Allí  el viento sopla en todo momento. Ulula entre las casas y aúlla en las plazas.  Aquel puerto artificial, concebido como un bloque de cemento tras otro, ofrecía al ocaso su escasa belleza. En algunos callejones, los primeros pisos de los comercios se asomaban tristemente al agua, como en una Venecia deslustrada y sin carnaval.
            A medida que la tarde cedía, las luces del puerto y los pilotos de los barcos sustituyeron a los bloques y a los ángulos rectos. Se alejaron un poco del resto y se besaron escondiéndose de la luz de las farolas.
            - ¿Sabes cuándo te vas?
            - El proyecto termina a finales de junio, ya lo sabes.
            Ella hablaba bajo y su voz aguda se suavizó un poco.
            - ¿No podrías quedarte un poco más?
            - Me están esperando en Valencia. Tendré unas dos semanas de vacaciones, y luego a Barcelona, a la nueva oficina.
- ¿No te cansas de llevar siempre la misma vida? ¿De cambiar tanto de casa y de gente?
            Aquel comentario le enervó. Ella había formulado la súplica con demasiada calma, con una serenidad que, de estudiada, era irritante. Cuando le hablaba así, no podía evitar pensar que se guardaba su pasión para otro. Tanta bondad, tanta buena educación, no podían ser naturales.
- ¿No os cansáis todos de decir siempre lo mismo? En este momento es lo que tengo que hacer. Mi trabajo es mi forma de vida.
            Se separó de ella y caminó hacia la zona iluminada del muelle.  Estaba enfadado. ¡Siempre aquellas reconvenciones! Ella, que nunca se le entregaba completamente, que nunca dejaba de permanecer alerta y, sobre todo, que jamás discutía con él. Parecía que ni los estremecimientos ni los anhelos iban con ella. Los únicos suspiros se los sacaba en la cama, y hasta ésos parecían medidos. Él no quería herirla: le había dejado bien claro que aquello era temporal. Claro que la echaría de menos; pero otra cosa vendría para sustituirla.
            Por encima del fragor de aquel viento persistente, escuchó el tintineo de las jarcias chocando contra los palos de los barcos. Aquel sonido brillante, diáfano, le distrajo de sus pensamientos y alzó la mirada. Ella venía hacia él.
            Se abrazaron.
- Perdona mi mal humor, cariño. No me gusta hablar del tema.
            Ella pasó los dedos por sus patillas y suspiró.

And I remember too a distant bell.
And stars that fell
like rain out of the blue.

Conducía relajadamente de vuelta a casa. Ningún lugar le resultaba tan familiar como la Marina Alta.  Amaba aquella luz, aquel cielo que descendía casi sin gradación hasta los cultivos, que dejaban paso a la franja verde oscuro de los frutales. El aire era húmedo, tibio, tan distinto al duro viento almeriense. Se hacía de noche a medida que ascendía y las sombras comenzaban a proyectarse sobre la carretera. El contraste  volvía los colores más intensos. El Montgó apareció ante él, extendiéndose, panzudo, por todo el paisaje.
 Se sentía satisfecho. Había disfrutado de aquella visita a sus amigos de Almería. Merecía la pena seguir mantener la amistad con los antiguos compañeros. Pensó en ella con placer y ternura: seguía siendo hermosa.


No medió una despedida entre los dos: terminaba de llenar su pequeña maleta y recibió un mensaje en el móvil. Era de ella: ¿Vas a venir a la comida de despedida? Di que sí. Quiero verte. Ya habían estado juntos la noche anterior y se lo habían dicho todo. Había observado su cuerpo desnudo en la sombra de la habitación, apenas iluminada por la luz exterior. No llegaba el rumor del mar hasta aquella urbanización, llena de extranjeros y jubilados. Solo escuchaba el viento, perenne y cansado.
Lo siento. Tengo que irme. Es tarde ya. Nos vemos. Bss.
Echó un último vistazo a aquel piso compartido decorado con muebles baratos de pino claro y salió. Subió al ascensor y pulsó el botón de bajada al garaje. En diez minutos estaba en la autovía. Puso algo de música y comenzó a repasar aquella aventura –affaire, la llamaba trasnochadamente él. No había sido ligera, pero tampoco podía decir que la había amado con pasión. Como quien construye un endeble castillo de naipes –un château de verre-, rememoró aquella relación desde el día en que la vio por primera vez y le atrajo aquella pequeña sonrisa.
 En su mente se sumaban las imágenes de ella: su voz, aquella voz de pajarillo, rápida, inapresable; aquellas mejillas que lucían un ajado rubor; los labios, casi vulgares en su ofrecimiento; la cintura, estrecha. Y el pelo, de un rojo anaranjado que empañaba todos sus recuerdos de ocaso. Sí, eso había sido eso para los dos: un amor de madurez,  un amor medido y calculado que acabaría en la más absoluta cordialidad.

Oscureció en cuanto sobrepasó el Montgó. Aún estaba entre montañas. Llegaría en media hora. Se desplazaba despacio por aquellas curvas antiguas. El firme de la autopista, también antiguo y distinto, era muy rugoso y se hacía sentir bajo las ruedas. La carretera estaba prácticamente vacía. No veía otros coches en el espejo central. Viajaba en la oscuridad y la negrura se iba colando por los respiraderos del coche, invadiendo todo el habitáculo. La frescura del aire se desvaneció y comenzó a sollozar. El peso en la cabeza que había sentido durante la mañana volvió, insoportable esta vez. Tiraba de él hacia atrás, hacia el negro.

Yo… pero, era ella… Yo… quería, quise… No pude. A veces soñaba con… Un sueño… When my life is trough Me acerco al final… ¿Nada? And the angels ask me Si ya la había olvidado… Hemos estado juntos… hoy… juntos To recall the thrill of them all La deseaba como no deseé a nadie. La tuve… Quisiera verla.  Ahora.
Ella… ella… ¡Ella!
Era ella.

Then I shall them I remember you.

            Al día siguiente, le dolía un poco la cabeza.

En El pájaro de la felicidad, Mercedes Sampietro le dice a Aitana Sánchez-Gijón que no abandone el amor que tienen, que teme perder aquello que tanto les ha costado conseguir. La otra se marcha con un actor en un Golf. La protagonista, la única que ama de toda la historia, al final se queda sola. Tiene al niño y  el Cabo de Gata para vivir.

viernes, 14 de junio de 2013

De la A a la Z. V de Vergüenza

Vamos culminando el curso, y esta sección, de la A a la Z, con Miguel Víllora, compañero de Lengua y Literatura, y que no se anda con rodeos. Y es que si una imagen vale más que mil palabras, si además esta viene acompañada, tiene más contundencia, ¿ no ?






Pues eso. No hay más que añadir

martes, 28 de mayo de 2013

De la A a la Z. La Subida Del Castillo

Vamos concluyendo nuestra serie de escritos de la A a la Z, y esta vez es el turno de nuestro compañero Antonio Yelo, que nos remite una historia titulada  La Subida del Castillo. Seguro que os gusta




LA SUBIDA DEL CASTILLO


            El alboroto de las golondrinas que daban vueltas y vueltas alrededor del campanario de la iglesia me hizo despertar. Aún no había salido el Sol, debía de ser muy temprano cuando me levantarme sin más. No tenía hambre y decidí subir al Castillo.

            Bajé las escaleras de la casa morisca con cuidado, como siempre; cada peldaño era de un tamaño distinto y era fácil caerse. De hecho, creo que toda la familia alguna que otra vez hemos tenido un resbalón en ellas.

            Salí a la calle directamente, no abrí el ventanuco para ver qué tiempo hacía. Cerré la puerta y bajé los cuatro escalones que me separaban de la empinada cuesta.

            Comencé a subir por la angosta calle hasta la última casa, no vi a nadie, no se oía nada………la estrechez se hacía cada vez más evidente, las casas ya no estaban…..en su lugar había ruinas y más ruinas de antiguas moradas unidas entre sí por muros de piedra derruidos por los que asomaban algunos troncos de madera que sostenían las estancias. Eran casas de familias muy humildes que fueron heredadas y convertidas en corrales por sus descendientes que bajaron a vivir al Valle buscando una vida más placentera.

            Mientras subo por las viejas escaleras del camino mirando hacia abajo para no tropezar con la basura miro a los lados, imagino cómo a través de las puertas abiertas o inexistentes sería la vida de aquellas personas que allí vivían. No es la primera vez que dicho pensamiento acude a mi cabeza, cada vez invento una historia distinta, me gusta fantasear con la situación. Mientras todo esto ocurre llego a un tramo en el que ya empiezo a divisar el pueblo.

            Un primer escalofrío recorre mi cuerpo, el fresco de la mañana se ha hecho evidente y la suave brisa que llega me hace tiritar, seguramente de emoción, o de ambas cosas. Hay momentos en que siento y ya está, sin más.

            No me paro, solo bajo el ritmo de mis zancadas, sé que al final me espera algo más sorprendente, este es solo el preámbulo.

            El trazado de la subida me obliga a dejar el pueblo aún dormitado en tonos azules y grises a mis espaldas. Mi vista está ahora pendiente de subir y subir cuidando de no caerme, no veo el cielo, solo rocas y tierra y en las mordeduras del camino veo cantos rodados que amasados unos con otros me cuentan que hace muchos, muchísimos años el río que ahora discurre por el pueblo seguramente se paseaba por estos lugares al igual que lo estoy haciendo yo ahora.

            Ya me queda poco, creo que no fue buena idea el no haber tomado algo antes de subir. Siempre me sucede igual, qué daría yo ahora por tener aquí mismo una mesita de esas plegables con una tostada de pan de pimentón con aceite de oliva y un café con soja, de esos que se hacen con máquina de brazo y que solo de olerlo lo transportan a uno a los hedonistas del pasado.

            Subo los últimos escalones con la gusa en el estomago, hay una pequeña explanada con una reja en la que dejar caer el cuerpo, ahora sí: el pueblo abajo, enfrente y justo detrás la fortaleza.

            El espectáculo comienza como casi todas las mañanas aunque para mí solo se hace evidente ahora, cuando estoy aquí.

            El Sol que ha salido hace un rato aún no ha llegado, debe de saltar una montaña que alguien puso en su nacimiento para que se columpiara por su ladera y una vez divertido por el fenómeno natural llegara agradecido por los blanqueños a colorear sus tejados que ahora se vuelven ocres y rojos, radiantes de felicidad cuando notan su calor que a la tarde se volverá sofocante.

            Desde mi posición privilegiada ubico las casas de mis conocidos, mi familia, mis amigos, otras por hechos de esos que no debían haber pasado nunca, desgracias y tragedias que nadie se merece pero que pasan.
            Levanto los tejados con la vista e imagino lo que hace la gente dentro de sus casas, me resulta divertido pensar en historias paralelas, cosas que están pasando ahora mismo producto de mis pensamientos.

            De nuevo mi estómago me vuelve a decir algo, el calor aprieta y no tengo una pizca de sombra. Va siendo tiempo de bajar. Tengo que dejar de mirar el Valle, lo he visto cientos de veces y nunca me canso. La escalera, tan peligrosa me hace dudar; algún día me caeré, no soy capaz de hacer el recorrido sin mirar al horizonte. Bajo en un plis plas, la fuerte pendiente me invita.

            Subo las escaleras del portón de dos saltos y me encuentro en la cocina dispuesto a preparar la cafetera y encender el tostador.

Itziar Sistiaga y El Veto. 7/2/14

Actividades 2014 / 15

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