Llega el turno de la letra L. Y Teresa Sánchez Vivancos, compañera de Ciencias Sociales, se adentra en el proceloso mundo del mundo de la Conserjería. Veremos cual ha sido su resultado
LAS LAGARTONAS
Los de la biblioteca, (que no ha sido Violante)
-gente que
parece tener poco que hacer-
Me han
encargado un poema importante
Un poema que
sea digno de merecer
Me veo en
situación extrema y difícil
de llanto,
de pena, quebranto y desdicha
pues debo
más bien parecer desenvuelta
a la par que
culta y sin resultar redicha
Oh! musas
ingratas, que así me ignoráis
¿No llegáis
a entender cuán in albis yo estoy?
Que me ayude
Quevedo, que me ayude Lope
Y para el
ritmo, si eso, que me ayude Campoy
En mis inciertos
versos escondido está el tema
aunque es
fácil captar a quien van dedicados.
Son dos, son
tremendas, son dos lagartonas
Ellas
comprenderán –fijo- la falta de halagos
Que no es
que le falte a ninguna sesera
Para entender
lo que yo aquí vengo a decir
Más bien por
delante van de todos nosotros
Que para eso
son las que mandan aquí
La primera
tuvo en Lleida su cuna
Flacucha,
compacta y más bien resultona
No ha nacido
quien fotocopias hiciera
como la
morena y sagaz lagartona
Rodillas cortadas,
chichones al aire
Los cura sin
pena, como si tal cosa
Alumnos
quejicas en el banco sentados
vigilados
sin tregua, astuta y recelosa
La segunda
es rubia, redonda de formas
Teje y
desteje un jersey eterno
Pinturera y
chula, que para eso ella puede
Con aire de
ser cancerbero moderno
Y cuando te
pilla por esos pasillos
La piedad no
conoce, y de manera atroz
transmite
mensajes, lanza reprimendas
Usando con
vil entusiasmo la voz
Aterrados
tienen a los profesores
Si la
fotocopiadora decide no ir
Es un
¡corre, corre!, es un ¡yo no he sido!
Es un ¡dilo
tú, que yo quiero vivir!
Y si el
carro usas y vas descuidado,
anda
preparado para experiencias fuertes
o sueltas la
llave, si estás reservado
o ves los
infiernos y deseas la muerte
Pero ¿Qué sería de nosotros si estas locas
faltaran?
¿Con quién
unas risas, con quién compartir
Los días,
las horas, los momentos amargos
y los buenos,
y aquellos que están por venir?
Porque, eso
sí, tienen un pecho
En el que no
pueden caber corazones así
tan grandes,
tan buenos, tan pendientes de todos
Y con todos me
incluyo -sobre todo- a mi.
Verlas es
ver, cada mañana
Que el mundo
ahí sigue y que no se detiene
Que incluso
sin fuerzas, sin salud y sin ganas
La vida
sonríe porque ellas lo quieren
Yo a nadie
he nombrado, quien quiera que entienda
Esto no es más que un poemilla banal
Que me
perdonen Lope, Quevedo y los otros,
(y a Campoy le presento una excusa formaL)
Pues a mí me ha parecido de gran aLtura
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Dínos algo, siempre es bueno conversar